De mi mente a la pantalla

domingo, 29 de abril de 2012

the bullets of love

- ¡Rápido, abran paso! ¡Aquí no tienen nada que ver!
+ Por favor, quédense detrás de la cinta amarilla, esto va a ponerse muy feo.

* Atención a todas las unidades, necesitamos refuerzos. Repito, NECESITAMOS REFUERZOS* Sonó a través de la radio control del coche de policía número 3.

¿Qué había pasado? Yo sólo había sacado a pasear a mi corazón, y cuando vuelvo a casa me encuentro con este panorama. Policías por todas partes, un montón de gente haciendo corro al rededor y una orda de reporteros asediando mi puerta. ¡No entendía nada!
Agarré mi corazón y lo guardé detrás de mi pulmón izquierdo, tras las costillas, por si me registraban, y me dispuse a entrar.
+No se acerque, señorita, no puede pasar. Es muy peligroso.
- Pero esta es mi casa -Dije.- Tengo que entrar. ¿Qué es lo que ha pasado?

Nadie me decía nada, y yo cada vez estaba más confusa. ¿Qué podría haber pasado? Tal vez olvidé apagar el gas y mi casa estaba en llamas. Pero no había ningún coche de bomberos. A lo mejor habían entrado a robar. Pero entonces no se habrían enterado tan rápido, porque vivo sola. Los nervios invadieron todo mi cuerpo, y sentí el impulso de entrar dentro. Tenía que saber de una vez por todas qué demonios estaba pasando. Aproveché un altercado entre dos reporteros de televisión y me colé entre los policías. Cuando quisieron detenerme ya era tarde, había entrado.

-¿Que haces aquí?
+ Sólo quería verte, no aguantaba más.

Noté como la sangre dejó de correr por mis venas. Me quedé fría, casi muerta, y me senté en el borde del sofá.

- Ya sabes que tienes la entrada prohibida en esta casa, ¿no te quedó claro la última vez? Largo. Vete, vete y no vuelvas.
+ Espera un momento, por favor. Tengo algo muy importante que decirte.

No, sin duda no estaba dispuesta a escucharle. Ya me había hecho mucho daño, y no iba a darle una segunda oportunidad. Debió pensárselo mejor antes de irse sin contestar a mi pregunta y desaparecer por completo de mi vida.

+ Entiéndeme. Estaba asustado e indeciso. Y tú, lo tenías tan claro todo.... que... me asusté.
-¿Y te crees que eso te sirve de escusa? Podrías haberme dicho algo, lo que fuera. Pero irte sin decir nada... fue lo peor que podrías haber hecho. Ahora vete de aquí antes de que haga alguna tontería.

Se puso de pie y me levantó del sofá agarrándome de las muñecas. Yo estaba temblando, a punto de romper a llorar. Pero no quería hacerlo, tenía que parecer fuerte a pesar de estar derrumbándome por dentro como una casa vieja y deshabitada. Y fue entonces cuando lo dijo.
Me miró a los ojos, y de sus labios salió disparado un "te quiero" que impactó de lleno contra mi corazón, atravesándolo de lado a lado...

*Atención central. Necesitamos una ambulancia. Dense prisa, está perdiendo mucha sangre...*




















1 comentario:

  1. Me recuerda mucho a un texto que escribí hace tiempo, corazones rotos... Realmente duele el desamor, es algo que no le desearía ni a mi peor enemigo.
    Precioso Vero, como siempre, no dejes de escribir.

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