¿Quién juzga lo que es bueno y lo que es malo?, ¿quién estima lo que está por encima del resto?, ¿quién nos infunde los criterios de calificación que tenemos para con lo que al arte se refiere?, y sobre todo ¿quién define con exactitud la palabra prestigio?
Prestigio... esta palabra me llama mucho la atención, me atiesa las orejas. Cada vez que la oigo siento como si los tímpanos me estallasen a la vez, y creedme, he sufrido esa sensación en mis propias carnes hace un tiempo y no es nada agradable. La definición técnica de la palabra "prestigio" según WordReference.com es la siguiente:
1. Renombre, buen crédito e influencia.
1. Renombre, buen crédito e influencia.
Esta palabra está directamente relacionada con la palabra fama:
1. Opinión pública sobre alguien o algo.
2. Reputación, prestigio, popularidad.
1. Opinión pública sobre alguien o algo.
2. Reputación, prestigio, popularidad.
Y vive dios que para mi la fama no es algo tan bueno como le parece al resto del mundo.
Hablemos de grandes artistas internacionales. Pongamos ejemplos de músicos como el del gran Kurt Cobain, al que se encontró muerto en su casa de Seattle el 8 de abril de 1994, oficialmente por suicidio, cuando se encontraba en el punto álgido de su carrera musical. Caso similar es también el del psicodélico grupo de mediados de los sesenta "The doors", cuyo vocalista Jim Morrison fue hallado muerto en una bañera en París supuestamente por un ataque al corazón, aunque tiempo más tarde se demostrase que no hubo autopsia y que la teoría más probable es la de la sobredosis. Algo parecido le sucedió al cantante y percusionista Bon Scott (conocido principalmente por pertenecer a la banda AC/DC), que murió el 19 de febrero de 1980 por intoxicación etílica a los 33 años, aún con mucha carrera por delante. Pero no sólo de muertes de músicos se puede hablar. A lo largo de la historia, infinidad de actores, escritores, deportistas, guionistas y demás miembros de la farándula han decidido acabar con los flashes de los paparazzi, las fiestas y en general con la loca vida pública de artista a costa de tener que arrebatarse ellos mismos la poca vida en el anonimato que les quedaba.
Y es que tener una cámara tras de ti prácticamente las 24 horas del día no puede ser bueno. Que nada más salir de la puerta de tu casa tengas a una decena de reporteros acosándote todos a una, como en Fuenteovejuna (Lópe de Vega), tiene que acabar con la paciencia de uno. Las personas necesitamos intimidad, secretos oscuros, vida propia. Yo me pongo en su piel, cosa que prácticamente nadie hace, y llego a entender que infinidad de artistas decidan abandonar este, nuestro mundo, sólo por conseguir la llamada "felicidad eterna".
Por eso no me gusta la palabra prestigio. Cuando oigo la expresión "es un cantante de prestigio", pienso: este va a durar dos días!, y me imagino el titular del periódico:
Fulanito de tal fue hallado muerto en su casa de verano la madrugada del pasado sábado. El cantante fue encontrado en el sofá, rodeado de todos sus discos de oro y sus maquetas inéditas dedicadas, en mayor parte, a su novia y su madre. La autopsia determinó que el sujeto se suicidó recurriendo a la sobredosis, ya que se encontraron en su cuerpo infinidad de agentes alucinógenos y vasodilatadores, entre ellos Speed y varios relajantes musculares.
Y supongo que su epitafio sería algo así como: Gran artista, mejor persona. Su decadente vida le llevó a la locura.
Por eso valoro mucho más a los pequeños artistas, a los rostros ocultos que crean y difunden su magia desde el anonimato. Ente arte y artista, elijo el anonimato. Elijo a los perros callejeros que tocan en el metro, a los escritores que nunca jamás llegarán a publicar, a los actores que actúan en teatros de barrio con entrada de 3€, a los cantantes de barras de bar, a los deportistas locales, a los fotógrafos que suben sus fotos a tumblr... Estos artistas jamás padecerán la enfermedad de la fama, jamás enloquecerán ni sufrirán la que tantas veces trató el señor Freud, "histeria". Vivirán una larga vida, aunque puede que no tan próspera como esperan, rodeados por la gente que de verdad aprecia su arte y no se deja guiar por cánones y estereotipos.
A todos vosotros, artistas : no dejéis de crear, pues vosotros sois el verdadero arte, el verdadero sentido de la vida.
<<Llevar un uniforme no necesariamente le hace a uno honorable, sino que, desgraciadamente a menudo, proporciona el anonimato para el asesinato en masa.>>
(anónimo)
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