Duele, ¿verdad?. Duele verle marchar; ver como se desvanece, como va muriendo en vida poco a poco. Es duro ver como se va sin que puedas hacer nada para evitarlo, viendo cómo su vitalidad se le escapa por los poros; cómo su cordura se evapora; se esfuma; cómo se deshace como si de un copo de nieve en verano se tratase... Le estás viendo alejarse día a día, sin que pueda despedirse, ni tu de él. Una sensación de vacío te invade y sólo tienes ganas de llorar pero no puedes, pues tus lágrimas se han secado. Un montón de recuerdos regresan a tu cabeza, un montón de sentimientos, de sensaciones vividas, de navidades, de cumpleaños... Veranos enteros se recrean en tu mente, aferrándose a ti, intentando a toda costa no ser olvidados.
Nadie parece saber que estás ahí, ¿no es cierto?. Para ellos es como si no existieseis ni tu ni tus problemas. Todo gira alrededor de él y olvidada buscas a tu ángel de la guarda, pero no aparece porque se te olvidó llorar...
Se perfectamente por lo que estás pasando, y desgraciadamente no hay otra cosa que puedas hacer más que esperar. El tiempo es sabio, dicen algunos, y pone a cada uno en su lugar. Yo no suelo estar de acuerdo con esto, pero creo que en tu caso se puede hacer una excepción. El tiempo es el que ha causado tu mal, pero es también el único que puede acabar con él. Pase lo que pase nunca te olvides de quien eres, de lo que quieres, de lo que tienes ni de a quien tienes. Aunque tu no lo creas hay alguien dispuesto a ayudarte. Está ahí, escondido, esperando el momento justo para aparecer por sorpresa cuando más lo necesites. ¿Te suena? Exacto, es tu ángel de la guarda, ese que parecía no venir nunca. Pues está a tu lado, sólo tienes que llamarle y no se separará de ti, nunca.
Precioso Vero, me ha llegado muchísimo...
ResponderEliminarCada quien y cada cual pensará en una persona distinta,no se si tú y yo pensamos en la misma persona, sólo decirte que me llegaste al corazón. Gracias. No se hacerlo de otra manera así que te utilizo para hacerte el comentario, soy mamá
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