De mi mente a la pantalla

miércoles, 15 de junio de 2011

Ella.

Ella. Una chica normal, que no destaca entre la multitud. Todos sus amigos la quieren por su optimismo y sus ganas de ayudar y escuchar a los demás. Nada puede detenerla; se va a comer el mundo. Los más pequeños la ven como un ejemplo a seguir, y los más mayores ven en ella a una chica responsable y madura. Es una persona que todos quieren tener cerca, porque transmite una buena energía. Todo parece salirle bien, y por ello siempre está con una sonrisa esculpida en la cara. Una chica que lo tiene todo, porque no pide nada.
Pero en su interior todo cambia. De los muros de su casa para adentro todo es completamente diferente. Allí dentro es el último mono. Es como si no pintase nada. Allí no se siente querida, sino menospreciada. Se siente como la peor mierda del mundo. Es la más pequeña, y no tiene un buen ejemplo que seguir de sus mayores. Todos se quieren librar de ella, porque es demasiado pequeña para poder entablar conversación seria e inteligente. Por mucho que se esfuerce en ayudar, nada le sale bien, y por ello siempre hay una lágrima derramándose por sus mejillas. Ella no pide tanto: ser valorada como lo que es, ni más ni menos. Que de paredes para adentro la vean igual que de paredes para afuera. Poder ser ella misma, y no un ente triste que vaga por los pasillos deseando que el mundo se acabe.
 vero's thoughts'.®

1 comentario:

  1. me gustaria saber por que dices eso, si eres como dices seguro que nadie podria menospreciarte tanto.
    si es asi, seria para llamarle GILIPOLLLLLLAS

    ResponderEliminar